Let me tell you some "papi"




Yo no soy una erudita en el tema de las relaciones, ni mucho menos en el trato con el sexo opuesto pero cómo te lo digo en “criollito” sin que suene feo, -aquí va my best shoot- creo que: “you're pissing out the perol”. A ver, soy tan amable que hasta te voy a explicar por qué. Yo pienso que a una mujer se le conquista, se le enamora, así tus únicas intenciones con la “susodicha” sean llevarla a la cama. Ciertamente es necesaria cierta inversión amigo, inversión de tiempo y algo de dedicación para alcanzar el objetivo.

Poniéndolo en términos básicos y elementales, con miras de llegar al género masculino, el asunto de la conquista se resume a una especie de "danza de apareamiento". ¡Amigo! Hasta los pajaritos tienen ese tipo de rituales. Aunque te comento, en los seres humanos el asunto es un poco más complejo, es que en este caso la “danza” no siempre arroja resultados satisfactorios, y es ahí en donde se convierte en una lotería, en una cuestión de "feeling".

Evidentemente ambas partes deberán tener la disposición, el macho sin duda-según mi opinión- debe ser un caballero por ejemplo cosas como recoger a la hembra a la casa, ser gentil, amable, son elementos indispensables que demuestran la disposición e interés del individuo para la "venta" de su producto. En cualquier otro caso el macho será clasificado de patán y la hembra realizará su escape, simplemente lo descartará por un mejor “vendedor”.

Sin embargo, debo añadir que existen casos en los que la hembra desesperada, inmersa en una gran carencia, evita el descarte y acepta al peor postor con ansias pulsantes de llenar ese “vacío” emocional o carnal.

Es en estos casos donde se vuelve complejo el asunto. Considerando que la dama busca llenar el vacío emocional y el espécimen en cuestión es un patán, de los que hablamos previamente, pues no es para nada recomendable que caiga envuelta en esta clase de situaciones, ya que, estos individuos lo que buscan es saciar su necesidad básica y elemental carnal y escencial, por lo que no buscarán establecer ningún tipo de contacto emocional-personal más allá de las dos palabra que le hacen falta para invitar a la incauta a su cama, “¿te quieres quedar conmigo hoy?”.

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